¿Cómo influye la dimensión emocional en el proceso de inclusión de la población migrante?
Convertirse en miembro de una cultura diferente puede ocasionar un desequilibrio emocional entre cómo quiere sentirse el migrante y cómo se siente en la nueva cultura, así como en su autopercepción del yo. Desde este escenario emerge el concepto de integración emocional como una fase más del proceso de inclusión.
La dimensión emocional, en su influencia sobre el aprendizaje y uso de la lengua, es un elemento clave para la integración de los inmigrantes y la construcción de su yo lingüístico en español. Dado que la lengua se configura como un elemento íntimamente ligado a la (re)definición de uno mismo y en relación con los otros, resulta pertinente estudiar la construcción de las identidades tanto para favorecer la integración de los nuevos ciudadanos, como para amortiguar el posible impacto negativo en la interpretación de lo que pertenece a cada grupo en particular.
Los patrones emocionales son culturalmente compartidos, reflejan prácticas y creencias determinadas e influyen en la psique del individuo. El grado en que los inmigrantes internalizan la nueva cultura se manifiesta en su concordancia emocional (emotional concordance), esto es, la adopción de los patrones emocionales de la sociedad de acogida, lo que se especula que contribuye a incrementar su grado de bienestar social.