El proceso de integración social y de aculturación de la población migrante constituye uno de los principales retos europeos. La integración sociolingüística culminaría en el estadio de integración identitaria. La experiencia del proceso migratorio cristaliza en los discursos de los migrantes a la hora de representarse, concebir el proceso y valorar la sociedad donde se instalan, y tiene como respuesta natural diversas emociones, culturalmente mediadas, dinámicas e inestables, que emergen de las interacciones sociales.
Convertirse en miembro de una cultura diferente puede ocasionar un desequilibrio emocional entre cómo quiere sentirse el migrante y cómo se siente en la nueva cultura, así como en su autopercepción del yo. Desde este escenario emerge el concepto de integración emocional como una fase más del proceso de inclusión.
La dimensión emocional, en su influencia sobre el aprendizaje y uso de la lengua, es un elemento clave para la integración de los inmigrantes y la construcción de su yo lingüístico en español. Dado que la lengua se configura como un elemento íntimamente ligado a la (re)definición de uno mismo y en relación con los otros, resulta pertinente estudiar la construcción de las identidades tanto para favorecer la integración de los nuevos ciudadanos, como para amortiguar el posible impacto negativo en la interpretación de lo que pertenece a cada grupo en particular.
En el ámbito de la adquisición de segundas lenguas (ASL), tanto las emociones como la inteligencia emocional se han investigado escasamente. Los estudios precedentes apuntan a que el aprendizaje de vocabulario para expresar las emociones permitirá a los nuevos hablantes comprender e identificar las emociones y evitar malentendidos culturales. En cuanto a la inteligencia emocional, las investigaciones empíricas de ASL siguen siendo escasas y se han centrado principalmente en su relación con la competencia lingüística
global o con subcompetencias de uso lingüístico.
El proyecto EMILIA examina la expresión de la emoción en español como lengua de migración, la autopercepción de los migrantes al expresar emociones, la memoria operativa, la inteligencia y aculturación emocionales en relación con la competencia comunicativa en español y el grado de identificación con la nueva lengua.